LOS INGREDIENTES
Los ingredientes que necesitamos son bien sencillos: por una parte, el aceite de oliva. Es importante especificar que no tiene que ser un aceite de oliva virgen extra nuevo, en su lugar, utilizaremos un aceite que previamente hayáis usado para freír. Es una forma fantástica de ahorrar, por un lado, y reciclar por otro. Podréis ir guardando en un recipiente hermético las sobras del aceite, hasta que consigáis la cantidad deseada: 5 litros.
Por otra parte, necesitaremos otros 5 litros de agua y 1 kilo de sosa cáustica, un producto muy sencillo de encontrar en cualquier droguería o gran superficie.
Podemos darle un toque de olor y color a nuestro jabón, añadiéndole algunas especias o esencias naturales. Si no le añadimos nada, obtendremos un jabón de color marrón claro o verdoso y de olor neutro.
LA PREPARACIÓN
- Debemos mezclar bien todos los ingredientes en el caldero en donde los vayamos a preparar. Una vez que estén bien mezclados, deben reposar un mínimo de 24 horas.
- Pasado este tiempo de reposo, ponemos el caldero en el fuego o vitrocerámica, lo que tengáis en casa y, una vez empiece a hervir, removemos. Es importante remover en una única dirección. Hervimos y removemos durante 30 minutos.
- A continuación, retiramos del fuego. Preparamos un segundo recipiente, en el que añadiremos la mezcla. En este recipiente, el jabón obtendrá su forma final, así que conviene utilizar uno alargado para que adquiera esa forma. Rellenamos el envase con la mezcla.
- Dejamos reposar 24 horas para que solidifique. Al día siguiente, ya tendremos nuestro jabón listo para cortar y utilizar.