No es ninguna primicia contar que la dieta mediterránea, cuyo ‘prospecto’ se basa en el consumo de verduras, frutas, cereales, legumbres, pescado y, cómo no, aceite de oliva virgen extra (AOVE), http://WWW.ACEITES-ECHINAC.COMha contribuido al aumento de la esperanza de vida de los europeos del sur. Italianos y españoles, por ejemplo, consumen alrededor de 13 litros de aceite de oliva por persona y año. Y si bien esta dieta parece desempeñar un papel importante en la salud, es el uso de AOVE, en concreto, el principal ingrediente que contribuye a la longevidad y al bienestar de ciertas poblaciones.
Es antiinflamatorio y ayuda a adelgazar
«Para el aparato digestivo y el hígado, su consumo en ayunas reduce la acidez gástrica, porque forma una película en la pared gástrica, favorece el tránsito intestinal, mejora la absorción de nutrientes, sobre todo calcio, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B, optimiza el trabajo del hígado, la vesícula biliar y el páncreas. A nivel cardiovascular, disminuye el colesterol ‘malo’ y aumenta el ‘bueno’, además de que permite reducir la grasa abdominal y su carga en polifenoles hace que sea un potente antioxidante».»
Facilita la pérdida de peso, gracias a una sustancia denominada oleiletanolamida, sintetizada en el intestino a partir del ácido oleico y que tiene un conocido efecto saciante. Sin olvidar una reconocida acción antiinflamatoria, gracias a un compuesto orgánico denominado oleocantal, probado con resultados muy exitosos en tumores del tracto digestivo.
El aceite de oliva tomado en ayunas «debe ser de alta calidad, virgen extra y de primera presión en frío, cuanta más calidad, más riqueza en polifenoles y nutrientes. Su consumo no está limitado ni por edad ni por condición fisiológica alguna; de hecho debería estar presente en nuestra dieta de forma habitual».